25.2.12



Las cosas grandes en la vida no se ven, 
por eso cerramos los ojos.
Como cuando besamos, lloramos o soñamos.

Cerré los míos y me dejé envolver por esas dos palabras que pronunciaron tu labios, 
tan tiernas, suaves, hermosas y sinceras, esas dos palabras que me hacían volar:

- Te quiero


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